Tras catorce horas de vuelo y una cálida bienvenida en migración, crucé una puerta y ahí estaba a quien visitaba. Todos alguna vez hemos tenido esos reencuentros que llenan tanto a nuestro corazón.
Fue entonces que comprendí que estaba en otro país, que no tendría lenguaje, que no sabía leer, que dependía completamente de mi hermano y de mi celular pues en casos como este el celular sí es una necesidad.
Tokio es una ciudad enorme, en donde puedes encontrar lo mejor en ropa y en tecnología. En cuanto a la tecnología hay tiendas de segunda, perfectamente bien establecidas con productos que sólo están ahí porque su dueño ha comprado el modelo siguiente. Cámaras fotografías y de video, celulares, robots en todas las modalidades posibles, y de videojuegos todos los que puedan imaginar desde el atari hasta los más actuales. Y todos en perfectas condiciones y a precios de ensueño. Ahora me parece que en México compramos todo a alto costo. Los templos y castillos son verdaderas obras de arte arquitectónicas. Son pocos los que siguen siendo los originales. La mayoría ya son reconstrucciones y más tras la Segunda Guerra Mundial. Tienen detalles en los techos y en las paredes, ojalá algún día puedan verlos. Las iluminaciones por fin de año las hacen sin escatimar en el costo del recibo de luz. Hay luces navideñas por todos lados. Y muchas pantallas y proyecciones navideñas.
El museo nacional de Tokio tiene una colección de kimonos impresionante. Ahora se que no es lo mismo un kimono y una Yukata y creo que estamos mas habituados a conocer la yukata en México.
Las caricaturas japonesas de los estudios Ghibli plasman perfectamente la cultura japonesa y están muy apegadas a la realidad y a sus leyendas.
El castillo de oro, que en realidad se llama Rokuoj-Ji, es impresionante, las emociones de lo novedoso son fascinantes, yo sentí lo mismo que cuando vi las edificaciones de Palenque en Chiapas, igual de hermoso.
Creo que las luces siempre les han gustado a los japoneses porque en sus templos y castillos hay lámparas con mamparas de papel y en las noches las prenden todas, y se pueden sacar hermosas fotos de esas lámparas.
Caminar entre siervos en Nara es muy bonito para la foto. Pero también es atemorizante porque todos buscan comida, ya que se les puede alimentar con galletas que ahi mismo venden. Ojo, una galleta puede atraer a muchos siervos y en pocos minutos estar rodeado. Los extranjeros al vernos amenazados corremos como si una jauría de perros nos atacaran. Somos exagerados.
En Studios universal la mejor atracción es la de Harry Potter. Muy recomendable, salen unos dementores que son idénticos y dan mucho miedo provocando gritos de mucho pánico. La comida en Osaka es deliciosa. Muy deliciosa, mas la que venden en pequeños restaurantes.
La lluvia en Japón es muy fastidiosa, llueve mucho y yo creo que por eso han sacado tantos modelos de paraguas. Mínimo para disfrutar la lluvia por el paraguas comprado.
En Arashiyama hay una casa en medio de la nada, vale la pena caminar hasta ahí, cuando visiten Japón no duden en ir. Les va a enamorar ese lugar con una vista impresionante.
Los baños tiene muchos botones, me refiero al retrete, hay que preguntar antes de usarlo.
Las toallas que usan para secarse en cuerpo tras un baño son muy pequeñas, como las que nosotros usamos de toalla de manos. A los ancianos se les respeta mucho y se ve que los ancianos disfrutan su vejez. El arroz japonés es muy rico, y hay muchas cosas para acompañarlo, especies de muchos sabores. En los trenes todos viajan en silencio. Venden unos modem portátiles y así fue como le hice para estar siempre conectado. No basta con saber inglés, es más, creo que es más probable que te hablen en español.
En Beppu hay que entrar a un onsen, la piel queda muy suave y el cabello muy lacio; no pueden dejar pasar ese momento, y siempre hay que seguir las reglas al pie de la letra en lugares como ese. En todas las estaciones del tren hay sellos, compren una libreta y en cada estación pidan su sello. Son recuerdos súper bonitos y sencillos del viaje y las estaciones.
En Onomichi hay cerca de 20 templos que puedes visitar a pie, están entre las casas, caminas entre callejones muy parecidos a los de Guanajuato, es muy cansado porque es colina arriba. Ahí hay un puerto, de los importantes en Japón, y en la parte más alta un teleférico como en de Zacatecas. En verdad es muy cansado hacer reste recorrido. Todos los budas que están en templos o en museos están muy detallados.
Mi lugar favorito fue Hiroshima por lo que representa en la historia universal, por lo que encuentras ahí, por las historias que de ahí se desprenden. Ahí puedes firmar una petición que la ONU leerá, yo he escrito una por la violencia que vivimos en México. Es increíble lo destructivos que llegamos a ser los seres humanos. Ahí hay muchos monumentos en pro de la Paz.
En Okayama hay muchas tiendas con cosas típicas del Japón. El Sake de ahí es muy artesanal. Creo que nunca encontré el sabor del Sake, y sabían que se puede tomar frío o caliente ? En Disney Tokio los japoneses enloquecen con Mickey Mouse. Y yo también. Hay un espectáculo en el que baila tap, y los siempre serios Japoneses enloquecen y gritan. Todo lo que en el súper está empaquetado, y no tiene dibujo descriptivo de lo que es, es imposible saber si será una buena o una mala compra, y he hecho muchas compras que vamos a clasificar en: extrañas.
En Asakusa hay un templo que es muy visitado. Ahí todos piden buenos deseos y puedes en unos cajones pedir tu suerte, dice la mía que tendré un buen año y que mis metas se harán realidad. Muy alentador.
Aquí venden mucho Sake, en todos los Super hay una sección de Sake. El sabor, como decía arriba, nunca lo encontré, pero es “muy pegador”.
Aquí todo lo que venden de mazinger Z es muy costoso. Y es un clásico de las caricaturas.
En Japón si se come picante, el curry es muy picante.
Aun con frío todos compran nieve de de chocolate o de vainilla. Y venden unos helados enormes a los que les Agregan fruta, enormes quiere decir ENORMES!.
Viví el 14 de diciembre más largo de toda mi vida y el dia 13 nunca existió. Mientras que el 5 de enero lo viví dos veces, incluso puedo presumir que viaje en el tiempo.
En Japón vive mi hermano. Y es un gusto reencontrarle, y una alegre nostalgia dejarlo, y a quienes me lo han preguntado tantas veces, repito que no da tristeza dejarle, pues se que está bien y que es alguien exitoso y feliz, una fuga de cerebro de este país.
Ahora Japón forma parte de mi historia, tejerá los siguientes viajes y formará parte de mis raíces…