Autor: R. Horacio Etchegoyen |
Texto: Los Fundamentos de la Técnica Psicoanalítica |
Alianza Terapéutica |
“A lado de la transferencia se encuentra siempre algo que no es transferencia, y a este algo lo vamos a llamar… alianza terapéutica”
Etchegoyen 1986
Etchegoyen plantea que el Yo en el proceso terapéutico pasa por un proceso de disociación terapéutica del yo. Esto quiere decir que el Yo se divide, en uno que se resiste al tratamiento y en otro que coopera en el mismo conocido como el Yo observador, es decir, el paciente es capaz de autocriticarse y analizar lo que hace. Esta disociación se explica a partir de la base de que esta instancia psíquica tiene una parte consciente y otra inconsciente.
La parte del Yo, observadora, se debe a cierta identificación con el terapeuta, es decir, en el proceso, el analista invita a el paciente a que reflexiones sobre sus actos y que trate de encontrar la explicación, es decir, comenzar a buscar los contenidos inconscientes que lo movilizan, esto se facilita cuando como analistas tenemos ya un trecho avanzado en nuestros propios conflictos; hemos invitado a el paciente a reflexionar sobre los de él a partir de los señalamientos, confrontaciones e interpretaciones.
“Al interpretar el conflicto transferencial, el analista contrapone los elementos yoicos que se conectan con la realidad y los que tiene una catexia de energía institiva o defensiva. De esta manera, el analista logra una disociación dentro del yo del paciente…” (p. 263)
Esto es, la base de la alianza que permite que el tratamiento se lleve acabo.
El paciente entonces pues se identifica con el analista, en especial con la actitud interpretativa, volviéndola suya.
Señala también Etchegoyen, al referirse a Zetzel que la alianza terapéutica es una parte de la transferencia. Diferenciando entonces que la “neurosis” de transferencia que aparece avanzado el tratamiento, es distinta a la transferencia en etapa inicial, es de esta transferencia inicial, de la que depende la alianza terapéutica, es esa parte consciente del paciente que pide ayuda, depositando en el analista sus expectativas.
La Alianza, según señala Etchegoyen, debe de reforzarse, es decir, a partir de nuestra actitud analítica y empática invitar al paciente, en cada sesión, al análisis. Por ejemplo, cuando se avecinan las vacaciones, considero que cuando son pacientes que están en etapa inicial del tratamiento es importante reforzar la alianza haciéndole ver los avances que ha tenido y cómo el análisis le ha ayudado en distintas áreas, al mismo tiempo que se le recuerda que apenas se está comenzando y que será algo que se continuará trabajando, y que se le estará esperando; creo que es una forma de invitar al paciente y mostrarle el interés en él.
Etchegoyen considera que el hecho de que el analista acepte sus errores técnicos con el paciente contribuyen a fortalecer con la alianza terapéutica, lo cual no implica confesar las reacciones contratransferenciales .
En niños, la alianza tiene distintos matices, plantea Etchegoyen que lo primero es que el niño acepte que tiene problemas. Así pues se hace una alianza con el niño a partir de que se convenza de que es necesaria su asistencia así como su participación, y por otro lado los padres también tienen un papel importante e imprescindible en el tratamiento, pues sabemos que son ellos quienes llevan al niño.
Respecto a la pseudoalianza terapéutica la mejor forma de identificarla es a partir de la contratransferencia, son aquellos casos en los que el paciente parece poner de su parte, pero da la sensación de que no lo hace por él sino por complacer a los demás. |
Breves notas sobre la Alianza Terapéutica.
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